Estas ponencias se enmarcan en las X Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz. Hay que tener en cuenta que estas entradas son fruto de mis apuntes, comentarios propios y, además, añado algunos enlaces, en ocasiones, que puedan complementar los temas.
La ponencia "Terapias no farmacológicas para los trastornos de ansiedad" fue presentada por la Dra. Carmen Morcillo, psiquiatra del niño y del adolescente, Sussex NHS Partnership Trust, Reino Unido.
La fobia social es un miedo persistente, desmesurado e irracional a las situaciones sociales, y es muy frecuente la aparición de ansiedad anticipatoria cuando se ha de participar en un acto social. En este caso, el tratamiento cognitivo conductual es la primera línea de tratamiento. La terapia puede ser individual o grupal, e incluye psicoeducación, exposición progresiva y aprendizaje de habilidades sociales. También se involucra a los padres. Los resultados que han arrojado los metaanálisis a propósito de la terapia cognitivo conductual (TCC) como tratamiento para la fobia social, da como resultado que es superior a los grupos de control, siempre que no se trate de lo que se conoce como "controles activos", es decir, controles en los que, en realidad, se ha realizado alguna intervención, como psicoeducación o biblioterapia. Existe escasa evidencia sobre los resultados a largo plazo. No obstante, sigue siendo la opción de elección, pues en aproximadamente un 60% de los casos se produce la remisión de los síntomas. Quedaría por evaluar la eficacia del tratamiento aplicado on line o a través de dispositivos electrónicos, así como la terapia administrada por no especialistas (papel del coach), reducción del uso de sesiones en clínica haciendo uso de llamadas telefónicas, así como la posibilidad de ser administrado en los colegios.
En cuanto a la trastorno de estrés postraumático, es la respuesta a una situación de estrés excepcional debida a un hecho extraordinario traumático. La intervención suele ser cognitivo conductual y estar enfocada en el trauma. Según los estudios metanalíticos, el 74% de los síntomas mejora, y el 66% de los pacientes mejora clínicamente, en comparación con los controles en espera de tratamiento. Hay muchos factores implicados, como el lugar donde se administra el tratamiento, la edad de intervención, que exista intervención parental o no, el número de horas de terapia y el momento de la intervención.
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por que ante una idea obsesiva, se realiza un comportamiento repetitivo. El tratamiento de elección en este caso es la terapia cognitivo conductal con prevención de respuesta (TCC-EPR). La EPR emplea exposiciones controladas a los lugares o las situaciones que desencadenan la idea obsesiva y la respuesta compulsiva, lo que hace que cada vez se produzcan menos. Se ha visto en los metaanálisis que, a mayor comorbilidad, es decir, si se presenta asociado a otros trastornos, mayor es el efecto de la terapia. Lo mismo sucede con el número de horas de terapia. El tratamiento de elección, en el caso de TOC suele ser sertralina, además de TCC-EPR.
Como conclusión, se puede decir que el TCC es eficaz y útil en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, aunque no hay evidencias de que sea mejor que otras modalidades terapéuticas por la escasez de estudios.
La ponencia "Tratamientos psicofarmacológicos en los Trastornos de Ansiedad", corrió a cargo de la Dra. Regina Sala, Visiting Teacher & Researcher, Department of Child and Adolescent Psychiatry, (IoPPN) King´s College & Consultant Child and Adolescent Psychiatrist, Child & Family Consultant Service - Newham, East London NHS Foundation Trust, Londres.
Hasta la fecha, ningún medicamento ha sido aprobado por la
FDA para el tratamiento de la ansiedad no-TOC en niños y adolescentes, y sólo hay cuatro medicamentos aprobados por ésta para el tratamiento de TOC.
El tratamiento de primera línea para los trastornos de ansiedad en niños son los ISRS (antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina). El TOC tiene el mayor núnero de ensayos controlados aleatorios (ECA) positivos que revelan la utilidad del tratamiento con sertralina, fluoxetina, fluvoxamina y paroxetina. De hecho, de los cuatro medicamentos aprobados por la FDA, tres de ellos son sertralina, fluoxetina y fluvoxamina.
El medicamento que queda de los aprovados por la FDA, es la clomipramina, que ha mostrado buenos resultados en el tratamiento de la fobia social. La clomipramina es un antidepresivo tricíclico, que requiere de monitorización con ECG.
Los estudios no apoyan el uso de benzodiacepinas en niños, y hay toda una serie de sustancias en estudio o que se utilizan de manera muy controlada.
En general, la medicación en estos casos sólo debe considerarse cuando la terapia psicológica no ha funcionado o no se puede aplicar, teniendo en cuenta que los ISRS son el tratamiento de primera línea. Incluso cuando se escoge un enfoque psicofarmacológico, por lo general se debe combinar con un enfoque psicoterapéutico.