Ésta es la primera de las dos conferencias magistrales que pudieron escucharse en las X Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz. Corrió a cargo del Dr. Celso Arango, jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, profesor titular de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y Director Científico CIBERSAM. Recuerden que estas entradas sobre las X Jornadas Científicas de la Fundación Alicia Koplowitz son fruto de mis apuntes personales, completados, en algunos casos, con otros enlaces que puedan resultar interesantes.
La mayoría de los trastornos psiquiátricos comienzan en la infancia y la adolescencia. El 50%, comienza antes de los 15 años y el 70%, antes de los 18 años, aunque muchas veces el diagnóstico no se haga hasta la edad adulta, y puede ser que incluso se diagnostiquen trastornos distintos a los que iniciaron en la época infanto-juvenil, por evolución.
No se nos puede escapar la existencia de periodos críticos para la intervención en población infanto-juvenil. En el caso concreto del autismo, y para un determinado programa de intervención, aquéllos que entraron en el programa antes de los 60 meses obtuvieron mejores resultados que los que lo hicieron después.
El aumento en el uso de psicofármacos puede obedecer no sólo a factores psicociales (el niño se porta mal en el colegio) o malos diagnósticos, sino precisamente a un mayor diagnóstico de problemas en los niños. También es cierto que ante necesidades no cubiertas se utilizan ciertos medicamentos fuera de indicación. De muchos fármacos, ni siquiera se han realizado ensayos en población infanto-juvenil. En en el caso concreto de España, no se utiliza mucho la polifarmacia, y existen muchos prejuicios a la hora de usar psicofármacos. Actualmente, en la Unión Europea, todos los fármacos están obligados a hacer estudios de farmacocinética en niños y adolescentes.
Evidentemente, lo que estamos tratando son síntomas y estamos llegando a un punto en que estamos agotando las dianas tradicicionales. es decir, que estamos usando los mismos principios activos con pequeños cambios y distintos nombres. Por lo tanto, el siguiente paso será la búsqueda de nuevas dianas en salud mental, y estos nuevos tratamientos emanarán de la fisiología de la propia enfermedad.
Entonces, ¿cuáles son las estrategias para el desarrollo de nuevas opciones terapéuticas?:
1. Obtención de mejores datos preclínicos.
2. Uso de bases de datos o registros de usos de fármacos para la identificación de posibles moléculas con utilidad en psicofarmacología, y recogida de datos de seguridad y eficacia de psicofármacos a largo plazo.
3. Aplicación de estrategias inmunomoduladoras, antioxidantes y antiinflamatorias.
4. Cambio de paradigma: enfoques dimensionales.
5. Uso de instrumentos de medida pragmáticos y adaptados al estado de desarrollo.
6. Enfoques centrados en modificar las trayectorias del neurodesarrollo y estrategias preventivas primarias y secundarias.
7. Estrategias no farmacológicas.
8. Psiquiatría personalizada en niños y adolescentes.
9. Necesidad de iniciativas colaborativas.
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